Las Vegas: ¿un viaje necesario o prescindible?

Las Vegas. O la amas o la odias, pero no te deja indiferente. Parto de la base de que yo jamás habría ido a Las Vegas como único destino. Sencillamente, me era indiferente y nunca había entrado en mis planes. Si fui a conocerla es porque al organizar un viaje a San Francisco, en la costa Oeste de los EE.UU., había que aprovechar e incluir algunos imprescindibles, como el Gran Cañón. Y de este modo también añadimos a Las Vegas en el itinerario. Enseguida te cuento si me arrepentí.

¿Cómo es Las Vegas?

Según llegas a Nevada y pones un pie en la terminal del aeropuerto de Las Vengas puedes ver las máquinas tragaperras para quienes quieran matar su tiempo de espera probando fortuna. Y te das cuenta de que esa visión tan surrealista no es más que el preludio de lo que va a ser tu estancia.

Las Vegas se presenta ante ti como un gran decorado. Es tal y como aparece en las películas. Una ciudad pensada para el ocio, la diversión y los casinos, que descansa por el día y se activa a la caída del sol. Vibrante, llena de luz y situada en pleno desierto.

Y ahí es donde hay que hacer el primer inciso. ¿Tienes pensado ir en pleno mes de agosto? Encontrarás casi 50 grados durante el día y algo más de 40 grados al caer la noche. Eso significa calor, mucho calor. Incluso en los paseos nocturnos. Ir desde el hotel Paris Las Vegas al hotel Bellagio para contemplar las fuentes nocturnas fue toda una proeza. Pese a que solo están situados a 300 metros, el calor era tan insoportable que teníamos que hacer paradas en los hoteles que nos encontrábamos para refrescarnos antes de continuar el camino.

¿En qué hotel debo alojarme?

Mi recomendación es que te alojes en el Strip, el gran boulevard que atraviesa la ciudad y su auténtico corazón. Allí hay hoteles para todos los gustos, muchos de ellos carísimos, pero buscando es habitual que encuentres interesantes ofertas, como una noche gratis alojándote otras tres.

Los hoteles de Las Vegas son dignos de un estudio sociológico. La gran mayoría son temáticos. El Caesars Palace, por ejemplo, es un cinco estrellas que tiene seis edificios y varias lujosas piscinas. The Venetian está inspirado en la mítica ciudad italiana y tiene incluso canales navegables en su interior. Luxor tiene una pirámide de 30 pisos imitando las de Egipto. Circus Circus alberga un parque de atracciones y Excalibur representa un castillo medieval, como de cuento.

Nosotros pasamos una noche en el hotel París Las Vegas, donde te puedes bañar al pie de una inaudita Torre Eiffel y otra en el hotel New York New York, que recrea edificios como el Empire State, el Puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad, todo ello cruzado por una inmensa montaña rusa, la Roller Coaster, que alcanza los 100 kilómetros por hora.

¿Horterada o diversión? Creo que ambas cosas. No sabría decantarme por una de ellas. Pero es que eso es Las Vegas, abrir los ojos y no poder pronunciar palabra ante lo que estás viendo.

Gente y espectáculos

Una de las cosas que más me gustaron de Las Vegas es ver el ambiente de diversión que respira la ciudad por la noche. La cantidad de personas diferentes que allí se dan cita pero con un objetivo común: pasar un buen rato. Muchas despedidas de soltero. Millonarios apostando en la ruleta cantidades indecentes. Ancianitos en las tragaperras, apurando el cubata que te dan gratis solo por jugar. Familias con niños que se pasean alegremente por los casinos como si fuera su hábitat natural. Restaurantes de todo tipo y a todo lujo. Enormes tiendas outlet donde la gente sale cargada de bolsas. Las wedding chapels o diminutas capillas donde se casa la gente al instante de decidirlo, disfrazados de Elvis Presley y Marilyn Monroe. Todo lo que has visto en las películas es real. Todo pasa allí, en Las Vegas. Ya solamente con ver la variedad de gente a mí me comenzó a merecer la pena el viaje.

Nos quedamos con ganas de ir a ver uno de los impresionantes espectáculos de Las Vegas, donde puedes encontrar circos, teatros y musicales. Cirque du Soleil tiene sede permanente en Las Vegas y showmans de prestigio internacional, como el mago David Copperfield, tienen allí shows diarios. Si te gusta la música, siempre hay alguna estrella del mundo de la canción actuando en sus escenarios cualquier día del año. La razón de no acudir a uno de estos shows era que no nos alcanzaba el presupuesto, pero dicen quien han estado que realmente merece la pena la inversión.

Para nuestro presupuesto, nos tuvimos que conformar con disfrutar de algunos espectáculos gratuitos, como las fuentes del hotel Bellagio. Más de mil chorros se ponen en funcionamiento al compás de la música cada media hora en pases que duran entre 3 y 6 minutos. La mayoría de la gente suele acudir por la noche, porque no hace tanto calor, pero la altura que alcanzan las fuentes hace posible que el espectáculo se vea bien desde diferentes puntos. Hay quien dice que es el espectáculo de agua más bonito del mundo. Realmente el escenario en el que se sitúan, sobre un gran lago con el hotel detrás, lo hace digno de ver. Sin embargo, desde mi punto de vista, las fuentes de Dubai, con 275 metros de alto y bajo la sombra del Burj Khalifa, son todavía más impresionantes. Aun así, las del Bellagio merecen la pena, ¡y mucho!

El mítico cartel de Welcome

Ya que estás en Las Vegas, no puede faltar la foto con el mítico cartel: “Welcome to Fabulous Las Vegas, Nevada”. Situado en el extremo sur del Strip, justo al lado hay un área de aparcamiento donde puedes dejar el coche unos minutos para hacerte la mítica instantánea.

¿A que el cartel parece que siempre está vacío para que llegues y te hagas la foto? ¡Pues nada más lejos de la realidad! Decenas de turistas han tenido la misma idea que tú, y a todas horas el cartel está atestado de gente. Menos mal que los turistas esperan su turno para hacerse una foto en rigurosa cola, respetando más o menos pacientemente el tiempo que tarda el que le precede en hacerse sus instantáneas. Aun así, si vas con niños o adolescentes, como era nuestro caso, esta parada se convierte en imprescindible.

El Gran Cañón y la Ruta 66

Una vez en Las Vegas, no te puedes perder una visita al Gran Cañón, pasando allí al menos una noche. Nosotros alquilamos un coche en Las Vegas y atravesar el desierto en carretera nos encantó. Recorrimos casi 500 kilómetros y pasamos por lugares absolutamente inhóspitos, donde las plantas secas atraviesan la carretera movidas por pequeños remolinos, como en el Salvaje Oeste. En esos momentos es cuando te da por cruzar los dedos para que al radiador del coche no se le ocurra sufrir un calentón.

Uno de los alicientes de este viaje es ver la impresionante presa Hoover, los moteles de carretera y esas carreteras rectas interminables tan típicamente americanas. De vez en cuando divisas una granja solitaria, con la casa de madera con porche y piensas: ¿pero cómo sobrevive esta gente aquí? Lo mejor es que un tramo de la ruta transcurre por la mítica Ruta 66, lo que nos hizo prometer que algún día atravesaríamos EE.UU. de costa a costa.

Llegamos al Gran Cañón antes de que anocheciera, con tiempo suficiente para ver cómo las rocas, ya de por sí terrosas, van tomando el color rojizo del cielo, en uno de los atardeceres más impresionantes que hemos vivido. El paisaje es absolutamente hipnótico. Ves cientos de kilómetros de profundidad y todo parece irreal, como si estuvieras viendo un gigantesco cuadro.

Tras ver amanecer de nuevo en el Gran Cañón, y con pena por no poder disfrutar de una de esas increíbles excursiones en helicóptero para poder verlo desde el aire, hicimos el camino a la inversa y volvimos a Las Vegas. El contraste de la soledad más absoluta del paisaje a las grandes avalanchas de gente fue todavía más brutal. Estábamos cansados, pero había merecido la pena.

¿Repetiría en Las Vegas?

Creo que hay que ir a Las Vegas al menos una vez en la vida, y nada mejor que hacerlo cuando estás visitando la costa Oeste de los EE.UU. Quizá algún día vuelva, aunque no creo que lo haga considerándolo como único destino.

La ciudad de Las Vegas me gustó y me agobió a partes iguales y más de lo que me había imaginado, pero fue toda una experiencia que merece la pena vivir. Así que, si estás pensando en esta ciudad para pasar unos días mi recomendación es… ¡ve y disfruta!

Y tú, ¿has estado en Las Vegas? ¿Te gustó o te desilusionó? ¿Estás pensando ir o tienes pensado viajar allí algún día? ¿Quieres que te haga un reportaje sobre este sorprendente lugar? ¡Cuéntamelo!

 

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