Quien haya visto la trigología cinemátográfica de El Señor de los Anillos, basada en la novela del escritor británico J.R.R. Tolkien, podrá recordar perfectamente cómo es La Comarca, la región situada al noroeste de la Tierra Media, donde los hobbits viven entre idílicas colinas delimitadas por el río Brandivino y la Posada del Dragón Verde.
El terreno que simula La Comarca, donde se rodaron las películas, se sitúa a las afueras del pueblo de Matamata, a 160 kilómetros de Auckland, en la isla Norte de Nueva Zelanda. Peter Jackson, director de la trilogía, estuvo buscando localizaciones durante meses hasta que encontró el lugar perfecto en la Granja Alexander y construyó el pueblo de Hobbiton partiendo de la nada. Los dueños de la granja tuvieron que firmar un contrato de confidencialidad. Durante meses no pudieron decir a nadie que sus tierras, donde diariamente pastaban sus ovejas y vacas, iban a convertirse en parte de la Tierra Media.
Cómo se montó el escenario
Tras un laborioso trabajo que incluyó una maqueta por ordenador y otra en miniatura, los trabajos comenzaron en marzo de 1999. Con la ayuda del ejército neozelandés se recolocaron miles de metros cúbicos de tierra para crear las colinas donde situar las casas de hobbits, hechas con madera y poliestireno. También se construyeron casi dos kilómetros de carretera para poder llevar todo lo necesario para la grabación de la película.
En la campiña se sembró césped, se plantaron árboles y se construyeron jardines para que el lugar fuera idéntico al descrito por Tolkien. Ocho meses después comenzaba el rodaje, con vacas, caballos, ocas y pájaros traídos directamente desde Inglaterra, y hasta un águila amaestrada para sobrevolar el terreno y que no apareciera en pantalla ninguna raza autóctona. Cada día de rodaje este agreste paraje de Matamata albergaba un catering que ofrecía un menú de dos platos a más de 400 personas, entre actores, extras y técnicos.
Una vez terminado el rodaje se desmontó el decorado, pero cuando Peter Jackson volvió para rodar la trilogía de El Hobbit lo montó de nuevo. Esta vez los dueños de la granja pidieron que no se volviera a desmontar una vez terminado el rodaje, al ver en el terreno una posibilidad de negocio infinitamente más próspera que la lana y la leche de sus ovejas. Y gracias a esta decisión el set de rodaje hoy se puede visitar.
La gran pregunta
La pregunta es… ¿merece la pena pagar a Hobbiton Movie Set los casi 80 euros que vale la visita a Hobbiton? ¡Porque la única opción de conocer Hobbiton es a través de un tour guiado! En nuestra familia estábamos divididos. Había quien era absoluto fan de la saga de El Señor de los Anillos, quien tan solo había visto las películas y quien no tenía prácticamente ni idea de quién eran los hobbits y mucho menos la Tierra Media. Al ser cuatro personas, y solo una de ellas menor de 16 años (para él, la entrada costaba 42 dólares), la cifra se ponía en unos casi 300 euros de nuestro presupuesto familiar por dos horas de recorrido.
Como argumentos en contra teníamos el dinero, una cantidad a considerar, y la amenaza de lluvia para ese día. A favor, solo teníamos un argumento. ¿Y cuándo vamos a volver a Nueva Zelanda para ver Hobbiton? Porque este país no está precisamente a la vuelta de la esquina. Así que el argumento a favor de la visita superó con creces el que se nos antojaba en contra, por pura lógica.
¿Cómo es la visita?
La visita incluye el traslado en autobús desde el pueblo de Matamata y un guía que va amenizando el pequeño trayecto hasta que llegas a la granja de Alexander. Después ponen en el autobús un vídeo de cómo fue el rodaje y suena la banda sonora de la película y comienzas a ver las verdes colinas que presagian que estás a punto de ver La Comarca.
Tras bajar del autobús la visita continúa a pie, en grupos no demasiado numerosos. Vas paseando por caminos de tierra entre las famosas casitas de los hobbits, viendo los hogares de Bilbo Bolsón y Frodo, el fiel Sam y los valientes Merry y Pippin. No falta tampoco un recorrido por el Campo de la Fiesta que se extiende al pie de La Colina frente a Bolsón Cerrado, un vistazo al mítico molino de agua, el puente de piedra y el Árbol de la Fiesta. A cada paso el guía te va contando anécdotas del rodaje y cómo se consiguió reproducir la magia de los libros.
Hay que decir que el escenario parece de cuento y está conservado tal y como aparece en las películas. Solo un par de casas están abiertas, mientras que el resto son un simple decorado, pero perfectamente ambientado, donde se pueden observar los pequeños buzones, las jardineras repletas de flores o la ropa tendida al sol.
Más de un centenar de personas de Matamata se ocupa de que todo esté perfecto. Hay decoradores, carpinteros y jardineros trabajando en nómina para que las pequeñas huertas den sus frutos, los arbustos estén perfectamente recortados o las puertas de madera de las casas se encuentren en el mejor estado. Ya solo por ver el mimo que desprende el lugar, merece la pena pasear por él, aunque uno no sea fan de los libros de Tolkien o las películas de Jackson. Los guías tienen una paciencia infinita porque todo el mundo quiere hacerse una foto en cada rincón.
El tour simple termina con una parada en la famosa Posada del Dragón Verde, donde te ofrecen una cerveza artesana rubia o negra de La Comarca o una cerveza de jengibre sin alcohol. También se puede, previo pago, comer algo ligero, dulce o salado.
Una vez transcurrida la visita queda el paso por la tienda de regalos, donde es difícil resistirse a comprar un pequeño recuerdo de la visita. Los hay para todos los gustos, desde pósters y mapas, hasta figuras realistas de los personajes principales, pasando por delantales, postales o llaveros. ¡Lo que podáis imaginar de merchandising!
¿Entonces pago o no pago?
Hemos llegado hasta aquí y todavía no he contestado a la pregunta que da título a este post. ¿Merece la pena pagar 80 euros/persona por dos horas de recorrido en el tour más simple que se puede hacer a través de Hobbiton? Tengo que confesar que yo era el miembro menos fan de la trilogía de mi familia… y a mí sí que me mereció la pena. El lugar es idílico y merece ya de por sí una visita. Aunque ver la cara que tenía mi hijo probablemente sea lo que me hace valorar aún más el día que pasé allí.
Como consejos os diré que si el día está nublado os llevéis zapatos aptos para andar por el barro y un impermeable. Los guías os ofrecerán paraguas antes de comenzar el tour. El set de rodaje de Hobbiton está abierto todo el año y cualquier época tiene su encanto, aunque si tienes oportunidad de elegir el día, visita las predicciones meteorológicas para intentar escoger uno que haya sol. El lugar tiene mucho colorido y resultaría una pena verlo bajo la lluvia.
Si eres un auténtico fan de El Señor de los Anillos puedes contratar un recorrido con comida o con banquete nocturno, un tour privado o apuntarte a cualquiera de los eventos especiales que tienen lugar a lo largo de todo el año, como las celebraciones de año nuevo, la cosecha de verano, la fiesta del medio invierno, el día internacional del hobbit o el festival de la cerveza. Eso sí, hay que ser muy fan porque en estas ocasiones los precios oscilan entre los 230 y los 300 euros por persona. Creo que si tuviera que pagar esa cantidad por ver Hobbiton, sinceramente me lo pensaría.